Cristian Polío: El Salvador se puede transformar si cada uno hace su parte

Cristian Eliseo Polío probablemente sea el coautor más joven del libro El país que viene: Horizonte común. En abril cumplirá 20 años, recién ha salido del bachillerato y comienza a acariciar el encanto y desencanto del estudio universitario. Por ser muy joven, él es el mejor ejemplo de que la juventud guarda un potencial que debe ser explotado por la sociedad.

Con ideas frescas, espíritu innovador, coraje por devorarse el mundo y conquistar sus sueños, El país que Viene presenta a otro de sus coautores.

Afortunadamente un chico de 19 años ha conocido de El país que viene ¿qué te motivó a participar en el libro?

Ya había tenido la experiencia de poder leer la primera edición y me gustó ver la manera en como los jóvenes podían expresarse sin tener condición alguna. Creo que el libro es simplemente un trampolín que cambia la visión de los que lo leen, yo puedo dar fe de ello. Una forma de incitar a la juventud a actuar y hacer algo bueno por la sociedad.

Cuéntanos un poco en qué te has involucrado.

Bueno, formo parte del voluntariado para la comunicación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible por parte de la Organización de las Naciones Unidas, Secretario General del Gobierno Estudiantil del Colegio Don Bosco, dirijo el Círculo Literario del Colegio Don Bosco y formo parte del voluntariado de la “Red de Juventudes” de la Fundación Salvador del Mundo (FUSALMO).

Una de las ventajas de la juventud es que uno tiene mucha fuerza para soñar en grande

Sí, en mí hay una necesidad de exponer mis ideas en el libro, cambiar la forma de pensar de otro joven que tiene la oportunidad de leerme, y que este mismo quiera hacer cosas nuevas para nuestro país, que se levante del sofá con nuevos ideales siempre, hacer que este se quite la venda del conformismo que nos asecha a los jóvenes y no nos permite movernos, o que, de manera sencilla, una simple palabra, frase o suceso que en él exponga, se le quede grabado en su mente y corazón y este haga conciencia, tal y como pasó con mi persona.

¿Sobre qué escribes en el libro “El país que viene: Horizonte común”?

Por mi experiencia habiendo leído los libros anteriores, siempre dije que si yo participase algún día, iba a tratar de no ser aburrido. En mi artículo traro temas sobre la incidencia juvenil y el impacto que esta misma tiene, con base a mi experiencia también comparto la importancia que tiene el poder ser un joven diferente y proactivo en su sociedad.

¿Cuáles son tus planes a futuro?

Tengo muchas cosas que quisiera hacer, pero aún las resguardo en el cajón de la utopía. Para mientras, espero obtener mi título universitario y trabajar en programas sociales en beneficio de otros jóvenes.

¿Cuáles son los problemas o retos actuales para nuestro país que identificas como los más importantes?

La política, educación, intolerancia (en muchos aspectos), desinterés y muchísimos más, que creo, si tratamos de descifrarlos, terminaríamos haciendo una tesis inconclusa. Hay que empezar a trabajar en ciertos aspectos en la sociedad, como el interés de ver un cambio real en nuestras comunidades y claro, las ganas de hacerlo.

¿Qué cambiarias sobre nuestro país si estuviera en tus manos?

Suena demasiado subjetivo: la forma de pensar de los habitantes en temas políticos y problemáticas sociales, y que esto genere cambios positivos.

¿Qué mensaje le enviarías a la juventud salvadoreña?

A no solo ver lo que sucede a tus alrededores, sino también a trabajar por tratar de cambiar lo que desde tu punto de vista creas, necesite mejoras; convertirte en un joven referente por tu trabajo, entusiasta, a no ser uno más del montón. Todos tenemos talentos y tenemos que trabajar en ello. Todos podemos hacer algo por cambiar y mejorar mediante nuestros pequeños esfuerzos, pero no aislados. Creo que El Salvador se puede nutrir de nuestras ganas de transformarlo, si cada quien hace su parte.