Mateo Villaherrera: hay que cambiar la marginación por oportunidades, las lágrimas por sonrisas

Ser electo por la comunidad universitaria de la Facultad Multidisciplinaria Oriental como representante estudiantil ante el máximo organismo de la Universidad de El Salvador, la Asamblea General Universitaria para el periodo 2015-2017, y haber sido seleccionado como representante estudiantil de la Universidad de El Salvador para participar en el VIII Congreso Universitario Centroamericano 2016, han sido algunos de los logros de Mateo José Villaherrera.

Nacido en la Perla de Oriente, este joven salvadoreño se ha identificado con causas sociales y de derechos humanos. “El horizonte para mí, representa una etapa conformada de grandes actuaciones pensadas en una mejor sociedad. Y hablar de “horizonte común”, es hablar de un futuro prometedor que no le pertenece a nadie y que se extiende hasta llegar a todos los rincones. Lo que tanto anhelamos los salvadoreños: un camino que albergue a todos, donde se tolere las diferencias, y se practique la inclusión”, dice Mateo.

Él es uno de los coautores del libro El país que viene: Horizonte común

 

¿Qué le apasionó de la docencia?

Siento admiración por nuestro pueblo trabajador, y me di cuenta de los graves problemas que nuestra sociedad tenia. Era difícil querer reparar los problemas de raíz cuando ni siquiera sabía hasta donde llegaba esa raíz, pero en el camino, aprendí a guardar más interés y amor por nuestra sociedad, años después descubrí que me encantaba la idea de trabajar de la mano con la gente, en una atmósfera comunitaria y social, en donde la niñez y la juventud fuera parte de mi día a día. Todo eso contribuyó para seleccionar la profesión que marcaría toda mi vida, y fue así como elegí por las ciencias de la educación como mi estilo de vida.

¿Qué te llamó la atención de la iniciativa El país que viene?

Pude  apreciar que la iniciativa reunía desde su inicio el pensamiento de muchos jóvenes ejemplares, quienes ofrecían tanta riqueza para aprender a que todos podemos construir avances en nuestra sociedad, y por eso es que surge en mí, el deseo de querer ser parte de este espacio, para transmitir así lo que pienso y propongo ante los salvadoreños.

¿Sobre qué escribes en el libro “El país que viene: Horizonte común”?

Sobre la juventud y nuestra tarea frente a la renovación política, ya que nos encontramos en el momento indicado de la historia para incidir y protagonizar la renovación que requieren los partidos, el sistema político actual y nuestra democracia. Considero que ahora es el momento oportuno para inspirar, soñar y construir resultados con base al anhelo de un horizonte común.

¿Cómo podemos lograr ese horizonte común?

Es necesario partir desde la premisa que el diálogo es un efectivo mecanismo para alcanzar el entendimiento y la reconciliación entre las poblaciones. En primer momento, observamos detenidamente en nuestro contexto la marcada división que promueven la mayoría de los sectores sociales y políticos, como si la solución de los conflictos tiene como objeto principal pasar por encima de los intereses y necesidades del contrario. Solo el hecho de hablar de “contrarios”, causa repulsión para quienes creemos que ha sido suficiente con las lecciones del pasado, como para continuar empeñados en vivir bajo una absurda contienda social.

¿Ahora trabajas en el área social, verdad?

Sí, me dedico a trabajar en el área de juventud, en materia educativa y en comunicación social, en donde tuve la oportunidad de laborar para importantes organizaciones como la corporación YSKL, la Asociación Ágape de El Salvador y actualmente para el centro de comunicaciones de la Diócesis de San Miguel.

¿Cuáles son tus planes a futuro?

Me veo como un profesional que contribuya incondicionalmente al desarrollo educativo y académico de la sociedad, ya sea desde una ONG, una institución pública o privada de nivel básico o superior, o quizá en un cargo que me faculte a incidir políticamente. Siempre he pensado que Dios me coloca donde pueda ser útil y no importante, y por eso a él confió mi futuro.

¿Cuáles son los problemas o retos actuales para nuestro país que identificas como los más importantes?

Los mayores problemas -para mí- son el crimen organizado, la corrupción, el desempleo y la crisis económica. Y para solucionarlo considero que debemos priorizar retos como el fortalecimiento del sistema educativo en todos sus niveles, la consolidación de la democracia por el camino del diálogo y la participación ciudadana, el acceso igualitario a la justicia, y el fomento de un modelo de desarrollo económico que permita el crecimiento de todos los ciudadanos, desde quienes residen en zonas rurales, hasta los que impulsan nuestro comercio dentro y fuera del país.

¿Qué cambiarias sobre nuestro país si estuviera en tus manos?

Definitivamente desearía cambiar la marginación por oportunidades, la discapacidad por inclusión, las lágrimas por sonrisas, las peleas por el diálogo, la violencia por la comprensión, la muerte por la vida, el hambre por trabajo, y el sueño americano por El Salvador.

¿Qué recuerdas de tu niñez?

Recuerdo sobre algunas limitantes que se presentaron y que aún continúan por ahí, las cuales siempre han representado para mí, motivos por los cuales superarme cada día. Saber que mis problemas son insignificantes en comparación con los que atraviesan miles de niños  y adolescentes en comunidades vulnerables, es sin lugar a dudas un deseo que tengo por querer servir como educador.

¿Qué mensaje le enviarías a la juventud salvadoreña?

Qué lean próximamente El País Que Viene, Horizonte Común, porque estoy seguro que habrá un mensaje para cada uno de ustedes, jóvenes que sueñan con un gran país, y también, que se comprometan a la edificación de ese país que soñamos, el cual, debe ser construido y no esperado.