Rossemberg Rivas es un diseñador de profesión. Se ha desempeñado como director creativo para instituciones del gobierno de El Salvador y ha trabajado, y compartido escenario en espectáculos internacionales como Cirque du soleil, carnaval de río de Janeiro y múltiples colaboraciones con compañías mundiales de teatro, opera y ballet. Es un diseñador de experiencias. El año pasado obtuvo el Premio de Cultura en El Salvador por su desempeño en la rama del diseño, convirtiéndose así en el más joven de los galardonados hasta la fecha. Ha sido elegido como director artístico de la Semana Británica, en el marco de la celebración del cumpleaños de la Reina Isabel II, por la Embajada Británica, ha sido honrado con diferentes “llaves de ciudad” como ejemplo a la juventud y el título de Joven Artista Emprendedor por la Escuela Superior de Economía, ESEN.
Este joven también será uno de los autores del libro “El País que Viene: Una Generación Comprometida”. Rossemberg es un ejemplo de superación y éxito, y todo un referente del diseño y la creatividad en el país y fuera de sus fronteras, además de ser una persona interesada en las problemáticas sociales, buscar cambios y romper paradigmas en la sociedad salvadoreña.
¿A qué te dedicas?
A ser feliz.
¿Cuál es el problema más importante que tenemos en el país?
La mediocridad, por la falta de educación emocional.
¿Cómo podría tener solución este problema?
Maximizando la educación emocional: que los padres se vuelvan sensibles, que el tejido social se acreciente a medida que todos los procesos espirituales también aumenten en los grupos tanto sociales, políticos, religiosos, educativos. Que exista más apoyo para los kindergartens, tanto públicos y privados, porque es ahí donde nace la primera voluntad del niño que es el futuro próximo y, que generemos, la atmósfera adecuada a los niños por medio de estos escenarios más idóneos para que vengan y sean una nueva generación transformadora. No creo mucho en que el árbol torcido se pueda enderezar con los adultos que ya están mal acostumbrados y mal educados, pero sí creo que podemos invitarlos a asumir una actitud de sensibilidad para poder comulgar con toda la sociedad en sí. Yo creo más en los niños.
¿Por qué te interesan las problemáticas sociales de este país?
Me enseñaron a no ser mezquino, a partir de esto, comencé a tener un componente de sensibilidad social, porque toda mi vida… mi adolescencia fue una vida sumamente contemplativa y, aparte, me sentía comprometido con el sentido de ayudar a este país por convicción propia y fue desde ese momento que me sumé a la fila de laicos comprometidos con la Congregación Marista. Siempre tuve claro que el concepto no era convertirme en religioso ni nada así, sino que yo quería demostrar que, siendo un espíritu comprometido, podía llevar una saludable vida santa. No solo el cliché de ayudar al prójimo, no, eso me parece un cliché. Es conectarse con el universo que te circunda para poder irlo transformando al punto de encontrar y provocar inspiración.
¿Cuál ha sido el peor atentado en contra de El Salvador?
Que las madres críen a hombres no amorosos y solo les enseñen a ganarse la vida.
¿Ha sido difícil mantenerse como artista en este país?
Claro, porque las inversiones que se puedan producir en un país como este no son tan jugosas, en comparación como estar en Nueva York o en París. He tenido que restar otros criterios muy personales para poder invertir en este tipo de cosas sublimes, ya que lo sublime no es rentable para los inversionistas. Siempre he dicho que en los países pequeños nacen los gigantes.
¿Cómo ser gigantes en un país pequeño?
No enmarcando tu ego.
¿Cómo los jóvenes pueden marcar la diferencia en este país? ¿Cómo pueden interesarse por lo diferente?
Creo que es una aventura. Te tenés que sentir invitado para esto. Como los antecedentes que te pudo haber dado tu familia: la educación, lo que has experimentado, pero luego que tú te intereses, por vivir y optar por lo diferente.
¿Qué le dirías a los jóvenes que no creen en el arte?
Tengo una frase para eso: “Hay que vivir en todos los extremos, para no ser ignorantes ni ignorados”. Uno de esos extremos es el arte.
¿Qué herramientas consideras que necesitan los jóvenes de El Salvador para hacer bien las cosas?
Ser genuinos, responsables, buscar la felicidad y saber amar.