La política en el país está en un tono gris porque la clase política se ha encargado de ensuciarla. Este es el pensamiento de Jonathan Henríquez, un joven vicentino radicado en Estados Unidos que cree en el empoderamiento de la juventud.
Pero no todo está perdido. Si vemos la política como una forma de servicio a los demás puede constituir una oportunidad para que la nueva juventud salvadoreña proponga, debate y sobre todo sea eje central y motor principal en el quehacer político del país. Es momento de tomar la iniciativa, expresó Jonathan.
Licenciado en Turismo, con Inducción a La Formación Diplomática, y curso de Liderazgo Juvenil, este joven salvadoreño es otro de los coautores del libro El país que viene: Horizonte común
¿Por qué decidiste aplicar como coautor de El país que viene?
Porque creo en que con nuestra voz podemos ser capaces de generar un nuevo país, creo que todos nosotros somos capaces de generar desarrollo, ideas, inversión, educación, todo es posible si nos proponemos ser personas positivas y constructores de bien. Creo que los libros de El País que Viene son una oportunidad para darnos la voz que no tenemos por lo general y de llegar a amplios sectores.
¿Sobre qué escribes en el libro “El país que viene: Horizonte común”?
Escribiré sobre el empoderamiento de la juventud. En mi artículo analizo la necesidad de respuesta al fenómeno mundial de hombres y mujeres jóvenes que demandan participación cívica, económica, social y política significativa. Creo que debemos reconocer como necesaria la presencia de hombres y mujeres jóvenes en los procesos decisorios y de desarrollo, que es vital para lograr el desarrollo humano sostenible.
La estrategia debe identificar los temas y desafíos del desarrollo a los que se enfrenta la juventud en la actualidad y ofrecer recomendaciones para puntos de entrada estratégicos y de captación de una amplia gama de socios para el empoderamiento de la juventud.
¿A qué te dedicas actualmente?
Trabajo para una empresa Suiza, además de aportar a La Red de Juventudes Salvadoreñas en el Exterior (REJUES), en la cual me llena de mucha alegría y desde que asumí el compromiso y con mucha humildad de liderar junto a un excelente equipo de jóvenes este espacio de vinculación donde todos los jóvenes se sienten identificados y podamos hacer incidencia desde el exterior ante cualquier situación que se de en beneficio de nuestras comunidades.
¿Cuáles son tus planes a futuro? ¿A dónde te ves en diez años?
Mis planes a futuro si Dios me sigue bendiciendo con más vida son seguir aportando ideas y apoyando con gestión de proyectos que beneficien a nuestra gente, nuestra comunidad y nuestro terruño y esto quiero seguirlo realizando desde cualquier espacio de incidencia para que juntos logremos un El Salvador más unido y con mayores oportunidades para que nadie tenga que abandonar nuestro país y que todos nos sintamos orgullosos de esa amada patria que nos ha visto nacer y crecer.
¿Cuáles son los problemas o retos actuales para nuestro país que identificas como los más importantes?
Creo que los problemas más importantes que deben ser tomados en cuenta son la inseguridad y la falta de empleo. Es común escuchar y platicar con las personas que lo que más necesitan es empleo, como una forma de contribuir a la canasta básica de sus familias. Por otro lado, El Salvador ha fracasado en sus planes de seguridad, seguimos teniendo homicidios a grandes escalas, se necesita la unión de todos los sectores que aún no los hemos visto.
¿Qué cambiarias sobre nuestro país si estuviera en tus manos?
Si pudiera invertiría en la educación, ya que es el arma más poderosa para salir de la pobreza, para combatir la exclusión social y la herramienta más fuerte para la generación de oportunidades.
¿Cómo fue tu infancia?
Nací en un hogar rodeado de una familia muy bendecida, desde pequeño he tenido una enseñanza de amor al prójimo, soy el mayor de 3 hijos, recuerdo que siempre me ha gustado sobresalir y la manera que lo he realizado ha ido rodeándome de personas que sumen y no que resten, llevo en mi sangre ese espíritu y carisma de servir a mi gente y ese don aun lo mantengo vivo y me inspira más a seguir aportando a la sociedad.
¿Qué mensaje le enviarías a la juventud salvadoreña?
Deseo expresar desde lo más hondo del alma un mensaje de solidaridad, deseando que sean constructores de paz y de convivencia. A todos los jóvenes salvadoreños, como yo, manifestarles que solamente si nos unimos sacaremos adelante a nuestro país. Les animo a que no solo seamos espectadores, sino que seamos capaces de generar ideas, propuestas y ver la forma de involucrarnos en espacios para ayudar a nuestro país a salir de la exclusión y la pobreza.