Yessenia Lozano cuenta con una sólida carrera académica. Es Máster en Estudios Políticos Aplicados por la Escuela de Política y Alto Gobierno “Goberna América Latina” y el Instituto Universitario de Investigación Ortega y Gasset; Licenciada en Relaciones Internacionales por la Universidad de El Salvador y egresada de la Maestría en Diplomacia del Instituto Especializado de Educación Superior para la Formación Diplomática (IEESFORD) del Ministerio de Relaciones Exteriores de El Salvador.
Asimismo, es diplomática de carrera y tiene una sobresaliente carrera profesional en agencias de cooperación y en la Cancillería salvadoreña, institución donde se ha desempeñado como Directora de América en la Dirección General de Política Exterior.
Esta joven es una de las autoras en el proyecto “El País que Viene: Opinan los jóvenes” y es un ejemplo de cambio y superación para las juventudes del país.
¿A qué te dedicas?
Sirvo a mi país desde una instancia pública como lo es la Cancillería. He tenido la bendición de ser parte del equipo de esta institución desde donde he colaborado en el área de política exterior, particularmente en la Dirección de América, sumando a los esfuerzos de promover las mejores relaciones con los países de Norte, Suramérica y el Caribe. Es decir, aportando en la generación de iniciativas de cara a mantener relaciones sólidas con países hermanos y socios.
¿Cuál es tu opinión sobre el libro “El País que Viene: Opinan los jóvenes”?
Creo que es un proyecto interesante e integral porque trata de conciliar visiones y distintos tipos de liderazgo. Esta iniciativa puede ayudar a inspirar a más jóvenes y ver que, realmente, es posible triunfar y ser agentes de cambio… aunque el contexto se les presente muy oscuro.
¿Sobre qué escribirás en este libro?
Sobre la política exterior de los últimos años y cómo la apertura de la Cancillería a los jóvenes ha contribuido al proceso de transformación de nuestra proyección frente al mundo. Sin duda un elemento transversal en mi artículo es el desarrollo, como fin último del país que merecemos, y la responsabilidad que tenemos como jóvenes de aportar a nuestra nación.
¿Cuál crees que es el problema más importante que tiene El Salvador?
Es urgente lograr entendimientos entre todas las fuerzas vivas del país para afrontar conjuntamente la inseguridad y mejorar la economía nacional, problemáticas que son el resultado de un proceso histórico y consecuencia de los desaciertos del pasado.
¿De qué forma podría solucionarse este problema?
Necesitamos un pacto de nación, ese es el camino a seguir. El país va a estar bien si avanzamos juntos; la cooperación y la empatía son elementos claves para desarrollarnos como personas y como naciones.
Asimismo, si vamos a creer que un país de oportunidades es posible, se hace necesario que los jóvenes creamos y participemos de esta visión.
¿A qué deben aspirar las nuevas generaciones del país?
A la formación, en primera instancia, y a transformar este país. Los jóvenes debemos empoderarnos e involucrarnos mucho más. Hemos visto una oportunidad desde que el tema de juventud ha trascendido en las políticas públicas pero aún podemos dar más. Los jóvenes tenemos que apoderarnos de esa aspiración de cambio que necesita el país y hacerlo posible, no solamente soñarlo. No le podemos dar la espalda al país, fracasaríamos como jóvenes.
¿Ves alguna resistencia al cambio por parte de la juventud?
De los jóvenes, en general, creo que no. Los jóvenes somos abiertos a los nuevos retos, una vez estamos incentivados luchamos por lo que creemos. A través de la juventud entran las nuevas ideas y se da paso a los nuevos tiempos.