Mayteé Iraheta: Urge una educación de calidad

Mayteé Gabriela Iraheta Escalante es una joven de 27 años, diputada propietaria del partido ARENA por el departamento de Sonsonate. Anteriormente se ha desempeñado como presentadora, productora, conductora de televisión y concursante en eventos de belleza nacional e internacional. Ella busca generar cambios significativos en la forma de hacer política en nuestro país desde su cargo público y, por supuesto, que estos cambios sean beneficiosos para la población de la región.

Mayteé Iraheta se caracteriza por ser una mujer dispuesta a ayudar y servir a las personas, ya que desde pequeña le inculcaron esos valores. Iraheta será una de las autoras en el libro “El País que Viene: opinan los jóvenes”, en este proyecto se conocerá un poco más de su vida y carrera profesional, y el porqué de sus motivaciones y ganas de generar cambios en El Salvador con una perspectiva joven.

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¿Qué te motivó a hacer lo que haces?

A los 13 años a mí ya me interesaba el tema de la política. Siempre me gustó. Me gusta el derecho. A esa edad estaba decidida que quería ser abogada. Pasó el tiempo y me empeciné con eso y, en el colegio, siempre llevé el primer lugar y me gradué con todos los honores. A los 16 años ingresé a la universidad Dr. José Matías Delgado. Hice todo mi primer ciclo a los 16 años y me vine del pueblo (Sonsonate) para la capital, que fue otro cambio, y no estaba muy de acuerdo mi familia de ese cambio, pero era lo que yo quería. Llegué a San Salvador con el deseo de empezar y terminar la carrera. Todo lo que he hecho ha sido pensando en llegar a esta posición (ser diputada). La diputación era el primer cargo que yo quería tener. A mí lo que me movía a ser diputada era que, yo entendía que si era abogada, yo iba a lograr entender cómo se manejaba un país a través de la legislación. Yo no podía optar a otra carrera, porque consideraba que no iba a tener esa capacidad jurídica que tenemos los abogados, de poder comprender cómo se maneja un país. Yo estaba clara que quería estar en la política, pero para eso tenía que estudiar.

¿A qué deben aspirar las nuevas generaciones salvadoreñas?

Tienen que aspirar a ser libres en su pensamiento, en su actuar, que nada ni nadie les limite el deseo de llegar a donde quieran llegar, porque cada vez estamos siendo más bombardeados que por haber nacido en una clase específica no podemos llegar a más allá. Estoy rodeada de gente con un testimonio de vida maravilloso que me molesta y me incomodo escuchar a otras personas llevar un mensaje de mediocridad, de frustración, de resentimiento, si vivimos en un siglo XXI, en un 2015, creo que es momento de que, realmente, nosotros comprendamos que somos dueños de nuestra vida y que nadie puede decidir por nosotros y que, cada uno, tiene que decidir a dónde quiere llegar. Que nadie esté cuestionándose ese deseo de superación positiva. No llegar lejos a través de lo ilícito, sino de lo lícito.

¿Cuál es el reto de los jóvenes salvadoreños en los próximos años?

Yo creo que hay varios retos, pero uno de esos grandes retos es modificar nuestra conducta y tratar de comprender que, cuando el joven llega a ser adulto joven, es responsable de su vida. Si yo he tenido problemas en mi infancia, si se tuvo problemas en el hogar a causa del mal rol de los padres, cuando yo soy joven adulto estoy ya en la posición de superar esos problemas. Hay que saltar esa etapa frustrante y avanzar, pero si como jóvenes nos quedamos en esa etapa frustrante, nunca vamos a lograr avanzar. El joven tiene ese reto de ver hacia adelante, superar lo que pasó, porque todos tenemos experiencias negativas.

¿Qué hace falta hacer por la juventud de El Salvador? ¿Qué es lo que más urge?

Urge una buena educación. Urge una educación de calidad. Cada vez ha ido bajando esa calidad y cada vez es más deficiente el joven que sale del bachillerato en busca de oportunidades laborales o universidad. Por otro lado, creo que tenemos una legislación a favor de los jóvenes que no se está cumpliendo. Necesitamos que las entidades pertinentes cumplan estas legislaciones, que empecemos a botar esos prototipos de que los jóvenes no podemos, que no tenemos la experiencia, no tenemos la capacidad. Si no nos dan una oportunidad, ¿cómo vamos a obtener la experiencia? Es así de sencillo. Necesitamos esa apertura de mente y valorar el talento tan grande que hay, dentro de nuestros jóvenes, hoy día.

¿Qué les dirías a los jóvenes que son apáticos a la política y creen que no funciona?

La política es sucia en El Salvador, pero hay que aclarar conceptos: la política teórica, la de la doctrina, nos habla de servicio, esa búsqueda de trabajar pensando en un buen Estado, pero, lastimosamente, algunos que la han estado ejecutando, no lo han hecho de la mejor manera y, por eso hoy en día, se ha llegado a un concepto tan oscuro de la política, pero, entonces, ¿qué es lo que tenemos que hacer? Si yo soy crítico o crítica de esto, ¿cómo lo voy a modificar? Si yo sé que han sido algunos los que han venido dañando esa imagen y no están ejerciendo la política, entonces, ¿qué me detiene a mí para participar en política y poder cambiar esa imagen que se tiene. No basta con criticar, no basta con quedarse sentad, porque con eso no cambiamos absolutamente nada, pero con participar de partidos políticos, con buscar posiciones de elección popular, sí estamos abonando, siempre y cuando nos mantengamos en la rectitud y la transparencia y no nos volvamos más de lo mismo, solo con la diferencia de edad. Yo puedo entender que no tienen absolutamente nada con la política y que no les importa y no lo necesitan. Lamentable. Lamentable esa respuesta, porque todos tenemos que ver con política.

¿Qué podemos hacer los jóvenes ante el actual panorama de violencia e inseguridad?

Buscar oportunidades para continuar mis estudios o esas oportunidades laborales que me permitan salir de ese núcleo de violencia en el que estemos viviendo, y estar en un núcleo mejor. Ocupar nuestro  tiempo de la mejor manera, optar por otra educación integral que me de esa amplitud de mente y estar ocupado y no agruparme con personas que están haciendo cosas ilícitas. ¿Qué podemos hacer? Servir. El servicio es tan bonito. Puedo formar parte de una comunidad cristiana, puedo estar en un movimiento de jóvenes, puedo estar en un movimiento político de jóvenes, puedo estar en tantos movimientos que me permitan sentirme bien ayudando a los demás.