La política es un reflejo de los valores que tiene una sociedad

Rodrigo Molina Rochac. Comunicador y graduado de Ciencias Políticas. Es un joven de 29 años quien actualmente se desempeña como director de Información en el Consejo Ejecutivo Nacional ARENA (COENA). Se ha dedicado a la política como compromiso de participar en los cambios que, como joven, puede aportar desde este rubro. Un salvadoreño ejemplo que es parte del proyecto “El País que Viene: Opinan los jóvenes”.

Rodrigo es un político que tiene esperanza en la juventud de un país que atraviesa por una realidad compleja que, con apoyo mutuo y organizándose, las generaciones pueden cambiar.

¿Por qué te involucraste en la política?

Por un sentido de compromiso, si yo me considero alguien crítico, si yo he criticado la política, si yo he demandado de nuestros líderes cambios, si yo he dicho que las cosas deben y pueden ser diferentes, el momento en que se presenta la oportunidad de ser parte de eso, creo que fuera hipócrita no aceptarlo por más difícil que se proyecte la situación. Mi interés por la política… no por la política en práctica, la política partidaria, sino por la política como el reto de entender los problemas y buscar soluciones para ellos.

¿A qué deben aspirar las nuevas generaciones salvadoreñas?

A ser parte de la construcción de un nuevo futuro. Desde sus ámbitos. Desde sus enfoques. Creo que es importante siempre tener una mentalidad de trascender, de construir algo nuevo, de hacer algo más. Eso se puede hacer desde donde estemos. Lastimosamente, en nuestro país, no hay esas oportunidades, por eso nosotros tenemos que construirlas, pero que, si tenemos la oportunidad de construir, de hacer, de trascender, tenemos que aplicar eso en función de construir nuevas cosas. Construir un país más grande a través de la construcción de nosotros mismos como personas, de nuestras empresas, nuestros empleos, de la política, nuestras iglesias, de nuestras organizaciones sociales, pero siempre con una visión de construir.

Rodrigo Molina Rochac

¿Cuál es el reto de los jóvenes salvadoreños en los próximos años?

Para lograr trascender, para lograr construir, también tenemos que pensar diferente. Nuestro análisis sobre la realidad, sobre nuestro rol en ella tiene que ser diferente. Cuál es nuestra función de individuos en esta sociedad y cómo nos relacionamos los unos con los otros, ese esquema de pensamiento tiene que cambiar en nuestro país. Nuestra generación es la primera que se desarrolló en el mundo postguerra, por ende, somos la primera generación que podemos tener un pensamiento verdaderamente postguerra. Es muy fácil absorber lo que ya viene, porque eso es lo que ha existido y porque no ha habido una evolución constante. Ahorita, lo que tiene que ver aquí, es que somos una generación que se dedicó más a lo personal y no, de verdad, a lo público, entonces no se crean los canales de evolución, de transformación en las instituciones, los partidos.

¿Qué opinión tienes sobre la generación actual de jóvenes en El Salvador?

Veo una generación, ahorita, más comprometida con los temas públicos, con los temas de país, que se informa más, que tiene más sed. Es una generación más comprometida, se está educando más con los problemas de país, pero que no, necesariamente se está llevando a la acción, porque la política, lo institucional, ese mundo de país está tan podrido que hay cierto temor de entrar y perderse.

Dices que la política no es un mundo bonito, ¿por qué?

Es un mundo dentro del cual se tienen que dar las transformaciones, no es un mundo bonito, no es un mundo fácil. Es un mundo sumamente riesgoso de estar adentro. Es bien fácil decidir entrar a ese mundo y quemarse o embadurnarse. Es bien yuca tomar la decisión de meterte en ese mundo, despertar las condiciones que existen y asumir las consecuencias, no solo de lo que te pueda pasar, sino también de los errores que podés cometer. En este mundo, a nuestra edad, sin crearse los vehículos y los canales de renovación y estar construyendo, nosotros mismos los caminos… es bien fácil fracasar o caerse y, dentro de los halagos, también viene una lluvia de críticas más yuca.

Los jóvenes, ¿cómo pueden salir del status quo?

Primero, tener la convicción de que es necesaria la voluntad del trabajo, porque, si uno quiere que las cosas sean diferentes, se requiere muchísimo trabajo, se requiere muchísimo esfuerzo y participación. Yo siento que nuestra generación es más comprometida, en el sentido de querer entender los problemas, estar pendientes de qué está pasando, de querer entender, pero está faltando tomar el paso de involucrarse mucho más. Eso no significa que solo en la política, porque la política no es más que un reflejo de los valores que tiene una sociedad. Si nosotros somos pasivos, si somos apáticos, si no nos involucramos, entonces la política que vamos a tener es la política que tenemos. Si queremos algo diferente de nuestra política, tenemos que fortalecer nuestro tejido social.

¿Cómo fortalecer nuestro tejido social?

Con nuestra participación, nuestro compromiso, con los valores en base a los que actuamos, y eso no es solo en la política, eso es en nuestros empleos, en nuestras empresas, en nuestra familia y las escuelas ¿cómo me relaciono yo con los que están a mi alrededor? Entre más aislados seamos como personas, entre más nos desentendamos de aquellos que nos rodean, más débil será el tejido social y menos fuerza vamos a tener la sociedad ante el sistema político. Ahí es donde la política empieza a abusar, y ahí ya no importa qué color es la política, porque el control de la sociedad sobre la política será débil.

¿Cómo ves al país en diez años?

Nuestro país tiene un gran potencial: su gente, la sociedad, hay un gran potencial y, si hiciéramos las cosas bien, podemos hacer una historia de éxito. En diez años, en 20 años, vamos a ser otro país. Para que suceda eso las cosas en el país tienen que cambiar. Si las cosas siguen como están, vamos a ser un gran fracaso en Latinoamérica, en una región que debería tener un gran potencial, en una región que debería tener grandes oportunidades, en una región que debería estar creciendo, si las cosas siguen como están, vamos a ser la oveja negra de la región.