En el 2011 Carlos Rodríguez trabajaba en una empresa privada donde tenía que dejar “todo en orden” para que su jefe le diera permiso para asistir a entrevistas radiales, televisivas o conferencias de prensa.
Él y otros jóvenes eran los protagonistas de las conferencias y las cámaras y los micrófonos los seguían para buscar su opinión con temas electorales. Era uno de los...
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