Fernando Bautista Andreu es un joven salvadoreño de 31 años, graduado de la Loyola University New Orleans, EEUU, en Ciencias Políticas. En la actualidad se encuentra cursando su maestría en Relaciones Internacionales. Él también será uno de los autores del libro “El país que Viene: Opinan los Jóvenes”.
Bautista se ha dedicado a la política, pero desde una perspectiva de joven constructor de oportunidades y cambios a favor de otros jóvenes que, como él, quieren hacer de El Salvador un país diferente. En las pasadas elecciones fue elegido como diputado del partido ARENA para trabajar en el Parlamento Centroamericano.
¿Qué es lo que más amas de El Salvador?
Creo que, más que la gente, su espíritu luchador, no trabajador, sino luchador de las personas: de superar adversidades, de superar obstáculos. Eso es lo que más me gusta de mi país.
¿Cuál es el problema más importante que tiene el país?
El problema más importante que tiene el país es, probablemente, pensar que todo es política, pensar que los problemas se resuelven a través de la política, pensar que todo se resuelve a través del gobierno.
¿Cómo podría solventarse este problema?
Cortar la dependencia en el Estado, en el gobierno y en la política, y decirle al individuo “no, no es un regalo del gobierno, o un programa del gobierno o un ministerio el que te va a solucionar tu problema. Sos vos, a través de tu esfuerzo, de tu sudor, de tu creatividad, que vos te vas, con tu rebusca, a salir adelante. No esperés nada… que “voy a esperar que pasen las próximas elecciones”, ¿qué tienen que ver las elecciones? Tiene que ver con que si vos te levantás con ganas de trabajar mañana. De eso se trata.
¿Qué herramientas consideras que necesitan los jóvenes del país?
La lectura, la crítica y la participación: primero tenés que informarte, tenés que conocer de un lado y del otro. La crítica, porque no te podés tragar todo lo que te dice ningún lado. Luego la participación, porque con un tweet no vas a cambiar el mundo, tenés que salir a la calle y ver, porque ahí es donde se hace la vida. Ahí es donde la gente sufre, llora, ama, crece, se relaciona… se conquista la libertad.
¿Qué le dirías a los jóvenes que le huyen al Centro Histórico de la capital?
Que hay que atreverse a estar incómodos. Todo lo tenés que probar, por lo menos una vez en la vida, para poder decir si te gustó o no. ¿Cómo podés decir que no querés ir al centro si nunca has ido?
¿Qué podemos hacer los jóvenes ante el actual panorama de violencia e inseguridad en el país?
Trabajar. Ser productivos.
¿Por qué consideras que los jóvenes son el motor de la transformación de El Salvador?
Porque nadie más lo va a hacer por ellos. Nadie va a llegar a la casa de un joven que no trabaje y no estudie y le va a decir “mirá, aquí hay una beca y aquí está tu empleo”. Nadie lo va a hacer. Ellos lo tienen que hacer, pero para ello se necesitan condiciones. Tenemos que apostarle a la educación.
¿Ves resistencia en la juventud a querer hacer las cosas?
No. Veo comodidad, porque es más fácil decir “aquí no hay trabajo”, “aquí no hay oportunidades”.
¿Qué es lo que más necesitan los jóvenes de El Salvador?
Creer en sí mismos. Eso es lo que nos hace falta. Encontrar tus fortalezas. Todos tenemos fortalezas y debilidades.