Melissa Benavides: “Tenemos que hacer realidad el relevo generacional”

Originaria de San Miguel, Katherine Melissa Benavides Mejía, es una joven que plasmará su idea en el tercer libro “El país que viene: Horizonte común.”

 

Es licenciada en Ciencias Jurídicas y tiene muy claro que en los jóvenes está el futuro del país. “Somos una generación a la que se nos niega el futuro, por eso los jóvenes debemos ahora decir ¡basta ya! y ser parte del debate político, para asegurar que tengamos un futuro en nuestro país”, opinó Melissa.

¿A qué te dedicas actualmente?

De profesión soy Abogada y Notaria. Actualmente milito en el Partido Demócrata Cristiano, en el Departamento de San Miguel, donde soy la asistente del Ingeniero Reynaldo Carballo candidato a Diputado por el Departamento de San Miguel, dentro de una de las funciones que también realizo es coordinar el movimiento de mujeres demócratas, donde realizamos actividades de acción social, en las comunidades más necesitadas. También realizo trabajo de territorio, en lo particular es una de las cosas que más me gusta hacer, me permite interactuar con las personas, conocer sus verdaderas necesidades, eso te humaniza, inspira, motiva, a hacer mejor persona, luchar por tus ideales, porque hay personas que han creído en ti, en el proyecto político, la confianza es algo invaluable, que agradezco todos los días, al ver los rostros de empatía hacia mi persona.

¿Qué planes tiene para el futuro?

Me veo como una gran profesional, con Dios en el corazón, una mujer realizada en el ámbito profesional y académico, mi deseo es siempre servir al pueblo, eso me conllevara a seguir forjando una carrera política, para tratar de incidir por los verdaderos cambios que necesita el país.

¿Qué cambios haría?

Veo el poco interés de la ciudadanía en busca del bien común; es una pena decir que nos hemos vuelto deshumanizados, donde nos importa poco o casi nada el prójimo, sin saber que en esas mismas condiciones los encontraremos todos, si no tratamos de mejorar las condiciones del país, debido a que existe un alto índice de personas que se encuentran en desempleo, y otras en empleo informal, hay muchos jóvenes que nos estamos graduando de carreras universitarias y no podemos insertarlos al campo laboral, o optamos por emigrar a otro país, o tener un trabajo que en la mayoría de los casos no está relacionado con las carreras universitarias, por eso debemos diversificar la Educación,  se convierte en la prioridad número uno del país, de activar nuevamente la economía, somos un país muy consumista, sin cultura de ahorro, donde depende de las remesas que nos envían los hermanos del exterior, los salvadoreños debemos generar fuentes de ingresos, para que dependamos de nosotros mismos.

¿Cómo fue su infancia?

Fue una infancia plena, no existió ninguna limitante, el hecho que solo fui educada por mi madre, que el sostén de la casa fuese ella, eso me permitió poder desarrollarme en un ambiente de mucho amor, de aprender a valorar las cosas, madurar a temprana edad, debido a que empecé mi escolaridad a la edad de tres años. De los recuerdos que siempre llevo en mi mente, y estoy agradecida es la lucha constante de mi madre día con día para sacarme adelante.

¿Qué mensaje le enviarías a la juventud salvadoreña?

Que sigamos adelante, que luchemos por nuestros ideales, que no importe desde la trinchera que estemos, si tenemos el liderazgo y el deseo de construir grandes cosas lo podemos lograr, que el cielo no es el límite, muchas veces esas limitantes somos nosotros mismos, es por eso que tenemos que ser unos jóvenes proactivos, no esperar que las oportunidades se nos presente, si no salir en busca de ellas, que siempre nuestro camino este lleno de principios y valores, que sean estos que nos orienten, para alcanzar la búsqueda de un bien común, no generalizado, esto nos ayudara y motivara hacer mejores personas.

¿Por qué decidiste aplicar como coautor de El país que Viene?

La motivación que encontré en las palabras del editor, cuando me motivó a aplicar al proceso de selección, él me dijo “que las oportunidades no solo se encontraban en San Salvador, que en oriente también hay talento”. Ese fue el motivo de mi inspiración para aplicar como coautora del libro, que en lo personal es de gran importancia, que exista este tipo de iniciativas, que nos permiten a los jóvenes de diferentes ideologías, asociaciones civiles, movimientos, dar nuestra opinión del país en que estamos radicando, generar propuestas para hacer un cambio, y como queremos que sea nuestro país en unos años.  La oportunidad que te genera ser coautor del libro es inigualable, y la experiencia que tendrá el lector será única, porque le permitirá conocer las opiniones de diferentes jóvenes, con temas de realidad social, con diferentes enfoques, pero que al final vamos encaminados hacia un mismo horizonte mejorar las condiciones del país que viene.

¿Sobre qué escribes en el libro?

Mi tema es: Sin jóvenes no hay futuro, porque muchas veces a los jóvenes se nos a dicho en una frase muy trillada que somos el futuro del país, pero en realidad somos el presente, que de nosotros dependerá las futuras generaciones,  que por ello es necesario crear las condiciones para asegurar un país con mejores oportunidades, con empleabilidad, mejores carreras universitarias, que las políticas públicas vayan encaminadas acorde a las necesidades de la Población Salvadoreña, que solo se lograra a través de un dialogo, donde no se mire ni la bandera ni el color político, donde juntos seamos capaces de reconstruir El Salvador que tanto merecemos, porque está habitado de personas trabajadoras, emprendedoras, ese es el principal reto que tenemos los jóvenes, tenemos que ser parte del debate político y de las instancias de decisión, para asegurar que tengamos uno en nuestro país. Somos una generación que se nos a abierto una puerta a los avances tecnológicos, pero se nos está cerrando un país con pocas oportunidades, a los jóvenes nos están arrebatando las ganas de superarnos, nos están matando nuestros sueños, nos están matando de verdad.

Es un futuro panorama absolutamente desalentador, que debemos evitar. Tenemos que cambiar nuestras actitudes, nosotros los jóvenes dejando de lado nuestra indiferencia a la política e involucrarnos; y quienes ya ejercen el poder, redefiniendo su comportamiento en cuanto al manejo de la cosa pública. Es hora de actuar firmes, guiados por los valores de la democracia y en mi particular caso, por los principios del humanismo cristiano que ponen en el centro de toda actividad política a la persona humana y su dignidad. Tenemos que hacer realidad el relevo generacional con una visión distinta en la manera de hacer política, que direccione a los políticos e instituciones a servir al conglomerado social en general y margine el trabajo guiado exclusivamente por intereses partidarios. ¡Es hora de hacer efectiva la política!