Mateo Rafael Polanco: La organización del entorno también influye en la convivencia

Al otro lado de la pantalla un hombre sonriente sobresale del ambiente sobrio en el que se encuentra. Él está en Montreal, Canadá, su país de nacimiento pero El Salvador es su tierra natal, el azul y blanco que lleva en las venas, la tierra de sus padres.

Mateo Rafael Polanco dice que es 100% salvadoreño, con un español perfecto –incluyendo sus caliches- y adora tener comunicación con otro paisano.

Estudió Arquitectura por accidente en una universidad de El Salvador pero terminó convirtiéndose en su otra pasión; porque también es amante del diseño  y la pintura.

“Mi infancia fue rodeada de pinturas, bocetos, música y arte. Recuerdo mi Padre Miguel Ángel Polanco nos mostraba una pared de la casa y nos decía; ´´¡ahora pinten en ella! ¡Sean libres y exprésense!´´ Mis padres estuvieron muy presentes en mi niñez. Recuerdo jugar trompo con mis primos en El Salvador o jugar en la nieve con mis hermanos en Canadá”.

Mateo será otro de los coautores del libreo El país que viene: horizonte común

¿Sobre qué escribes en el libro “El país que viene: Horizonte común”?

Hablo un poco sobre mi vida y como Dios y mi familia fueron los motores en mi vida. Pero principalmente hablo sobre como mi recorrer académico me llevo a comprender aspectos sociales y urbanos de San Salvador con respecto al mercado informal del centro. Como jóvenes tenemos un deber y la oportunidad de analizar si nuestra ciudad va por buen rumbo. Definitivamente la organización del entorno también influye en la convivencia.

¿Y conoces el centro de San Salvador?

Como la palma de mi mano. Lo he recorrido en bus y a pie. No soy ajeno de la realidad que se vive en la capital. Tengo una propuesta para ese lugar.

¿Podemos hablar de eso o que lo lean en el artículo?

(Ríe) Mejor que lo lean en mi artículo, mi estudio en Arquitectura me enseñó a que se pueden hacer cambios sustanciales en ese lugar; siempre y cuando exista voluntad de hacerlo.

Pero me podrías dar un adelanto

Mis ideas reflejan posibles soluciones a largo y corto plazo sobre problemas urbanos de hoy día. Por ejemplo, el ordenamiento urbano del mercado informal en el centro histórico de San Salvador, la necesidad de tener una legislación en materia de diseño y construcción de edificios a nivel nacional. El incendio de las tres torres es una muestra de la necesidad en regular más rígidamente las normas de diseño y construcción en relación a la prevención de incendios ya no solamente a nivel municipal pero a nivel nacional.

¿Por qué decidiste aplicar como coautor de El país que viene?

Lo que me motivo fue mi arduo deseo en contribuir en el desarrollo de nuestro querido país. Vi una oportunidad de unirme a un lindo movimiento de jóvenes talentosos provenientes de muchísimas disciplinas con el fin de fomentar un cambio para bien en la sociedad. Pienso que los libros realizados por El país que viene son oportunidades para los jóvenes en dar sus ideas propositivas.

¿A qué te dedicas actualmente?

Soy arquitecto interno del Orden de Arquitectos de Quebec, Canadá. Trabajo para una empresa de renombre llamada D.F.S. Inc. Architecture en la cual me dedico en proyectos de diseño institucional para el gobierno. Hago también proyectos privados de diseño residencial y pinto en mis pasatiempos.

¿Cuáles son tus planes a futuro?

Me veo más involucrado en la política y con mi propia empresa de diseño. Tengo planes de aportar con el talento que Dios me ha dado para el bien de la población salvadoreña. Con la experiencia ganada como profesional en Canadá creo podría contribuir mucho a El Salvador en mi experticia.

¿Cuáles son los problemas o retos actuales para nuestro país que identificas como los más importantes?

Como arquitecto y diseñador urbano que soy veo un gran reto con el mercado informal de San Salvador lo cual hablo en mi artículo. Para mí, creo es de vital importancia analizarlo bien y cuestionarnos si vamos por el buen camino. Creo hay alternativas de sostenibilidad urbana y social que puedan abrazar todo el costumbrismo salvadoreño. Sería algo único y diferente a nivel mundial.

¿Qué cambiarias sobre nuestro país si estuviera en tus manos?

Cambiaria las políticas socio-económicas primeramente afín de atraer la mayor cantidad de inversión interna o extranjera posible sin perder nuestra identidad salvadoreña. Diversificaría nuestra economía para volverla sostenible. Facilitaría el acceso a estudios técnicos/universitarios para grupos sociales de bajos recursos económicos. Fortalecería también en gran manera la economía agrícola y la investigación científica en estudios superiores.

¿Qué mensaje le enviarías a la juventud salvadoreña?

Que nunca deje de tener fe en Dios, que nunca deje de soñar ni de intentarlo una vez más. El éxito en la vida se define con buenas decisiones cuando Dios nos pone las oportunidades pero es necesario que estemos preparados cuando suceda.  A veces hay que saber decir no y apartarnos de las malas influencias. Nuestras acciones de hoy afectaran no solamente nuestro futuro pero el de todos.